Como mecanismo de protección de datos y cuentas, las contraseñas siguen siendo más fiables que la seguridad biométrica, tal y como destacan desde Panda Security. Te explicamos sus pros y contras. Casi todo el mundo contempla la biometría como el futuro de la autenticación y la lucha contra los ciberataques. De hecho, Juniper Research prevé que la biometría móvil crecerá, nada más y nada menos, que un 2.500% en el próximo lustro, anticipando que más del 80% de los teléfonos inteligentes dispondrán de algún tipo de hardware biométrico para 2023. Por otro lado, la consultora Gartner predijo que las empresas que apuesten por crear tecnologías de este tipo verán reducidos los ciberataques a la mitad.
La trayectoria biométrica móvil se remonta a 2013, año en el que el iPhone 5 se convirtió en el primer dispositivo inteligente en bloquearse con las huellas dactilares. Samsung le siguió y desde 2015 es habitual en la mayor parte de los smartphones de gama alta y media. En 2017 la autenticación facial aterrizó de la mano de los iPhone X y se espera que en los próximos años la autenticación por voz y a través del ADN lleguen a colonizar los gadgets.
Pese a la imparable expansión biométrica, desde Panda Security subrayan que las contraseñas serán cada día más necesarias, debido a diversos motivos que repasamos a continuación.
4 motivos por los que las credenciales son todavía más seguras que la biometría
- No se puede encriptar los datos biométricos: Pese a su gran capacidad para impedir el acceso de terceros a un dispositivo, la biometría es limitada para la encriptación, al menos por el momento. Por poner ejemplo, los sensores de mapeo facial de los nuevos móviles de Apple permiten a sus usuarios desbloquear el móvil, pero es preciso aportar una contraseña para encender el teléfono o para encriptar cualquier información almacenada. Por otra parte, el smartphone solicita una clave si la autenticación facial falla.
- Los datos biométricos pertenecen a los dispositivos: Teniendo en cuenta que cada español cuenta con una media de cinco dispositivos conectados, la biometría brinda grandes posibilidades futuras. Sin embargo, a día de hoy no es posible acceder a Facebook o a Gmail desde el dispositivo de otra persona con nuestros datos biométricos, sino que estos están asociados a cada gadget, mientras que para las aplicaciones se precisan credenciales.
- No es posible resetear el iris o las huellas dactilares: La autenticación biométrica permite no tener que recordar las complejas contraseñas. Sin embargo, al contrario de lo que muchos creen, la biometría no es inviolable, sino que los hackers podrían duplicar las huellas dactilares de una persona mediante imágenes de de altísima resolució y por lo tanto, entrar a los dispositivos de su víctima. Esto dibuja uno de los problemas esenciales: la seguridad biométrica no se puede resetear como una credencial.
- La biometría funciona mejor para los varones blancos: La biometría no es igual de certera en todos los casos, sino que atina mucho más con los hombres blancos, según reveló una investigación del MIT publicada este 2018. El estudio dice que las principales tecnologías de reconocimiento facial tienen problemas para identificar el género según la tonalidad de la piel. Los resultados arrojan que los sistemas de biometría facial fallan menos del 1% a la hora de reonocer el sexo de los hombres blancos, pero el error ascendía al 7% en el caso de las mujeres blancas, al 12% en los hombres de piel negra y hasta el 35% en mujeres de piel negra.
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