“Circular en punto muerto hace que el coche gaste mucha menos gasolina”: Es un caballo de batalla que lleva años entre nosotros, ¿es cierto o no? Llega la hora de salir de dudas. Todo ahorro es bien recibido. Eso es así. Da igual que en la cartera lleves cinco euros o 5.000, si algo te puede salir más barato (sin por ello perder calidad), es de locos dejar pasar la ocasión. Los fabricantes de coches lo saben y por eso anuncian orgullosos los bajos consumos de sus modelos (aunque a la hora de la verdad todos sabemos que el Ciclo NEDC es de lo más optimista del mundo). Sin embargo, una vez adquirido el coche, es al conductor al que le toca poner de su parte para que trague lo menos posible. Hay decenas de prácticas de conocimiento popular, pero hay una que parece irrebatible: circular en puerto muerto. ¿Pero es cierto que consume menos?
Por lógica el escenario que se presta más a llevarlo a cabo es en bajadas (obviamente subiendo no hay manera), pero también es común dejar el coche ir hasta un semáforo en rojo sin una marcha engranada. El argumento a favor suele ser que al dejarlo caer, sin ninguna relación metida, el motor no trabaja y, por tanto, no consume. Error, y de los grandes.
Cualquier propulsor, de manera más acentuada los de inyección electrónica, necesita inyectar incluso al ralentí una pequeña cantidad de combustible para seguir encendido, lo normal es que oscile entre los 0,5 y los 0,9 l/100 km. En cambio, al llevar engranada una marcha son las propias ruedas las que mueven el motor, la centralita lo detecta y corta la inyección, consiguiendo un gasto cero.
Y no es la única ventaja: el motor encendido y con la marcha metida ayuda en el descenso reteniendo el coche (lo que se conoce como “freno motor”), mientras que en punto muerto hay que frenar exclusivamente con el pedal, con el desgaste añadido que ello conlleva y, además, suponiendo un peligro ya que se pueden sobrecalentar los discos.
Fuente: AutoBild.es
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