En casi 32.000 millones de dólares. Así cifra la consultora Digital TV Research las pérdidas ocasionadas a la industria del entretenimiento por la eternamente lozana piratería de películas y series de televisión. ¿Lo peor? Que en 2022 las pérdidas podrían aumentar hasta alcanzar los 50.000 millones de dólares.
No obstante, y aunque dramáticas, las cifras puestas sobre la mesa por Digital TV Research albergan también en sus entrañas unas cuantas datos positivos.
Pese a la creciente pujanza del streaming ilegal, el streaming legal pegó también considerablemente el estirón en el transcurso de los últimos años.
Si en 2010 el streaming legal se tradujo en ingresos de 6.100 millones de dólares, hoy alcanza una cifra de 47.000 millones de dólares. Y en 2018 el streaming de carácter legal podría aumentar hasta los 83.000 millones de dólares.
A la cabeza de la piratería de contenidos audiovisuales se encuentra actualmente Estados Unidos, muy por delante de China, Brasil y Reino Unido. Aun así, parece que en próximos años la incidencia de la piratería crecerá también (y a un excelente ritmo) en India.
En Estados Unidos la piratería se saldó en 2016 con pérdidas cercanas a los 9.000 millones de dólares, más que la cifra conjunta de pérdidas del resto de países que consiguieron abrirse paso en el Top 5 (China, Brasil, Reino Unido y Corea del Sur).
Simon Murray, analista jefe de Digital TV Researh, tiene el pleno convencimiento de que la piratería no desaparecerá jamás. Y que simplemente se contraerá su cuota de mercado gracias a no sólo a la acción de la justicia sino también al incremento de la oferta legal de contenidos audiovisuales.
En la piratería el creciente auge del streaming está teniendo un impacto grandísimo en la industria del entretenimiento. Si antaño el usuario se descargaba archivos que después a veces no se tomaba la molestia de contemplar, actualmente contempla series y películas echando mano del streaming (donde resulta altamente improbable que el usuario no vea el contenido).
Para plantar cara a la piratería, Philips anunció hace no mucho una tecnología especialmente diseñada para impedir la filmación desde las salas de cine (con la inestimable ayuda de la luz).
Por otra parte, en los últimos años los grandes estudios de Hollywood se han visto obligados a estrechar lazos con servicios como Netflix, Amazon Video y Hulu para tratar de frenar en el impacto de la piratería en su industria.
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