Existe una amplia disparidad de opiniones sobre la mejor edad a la que un niño debe tener su primer smartphone, pero parece que los 14 se consolidan como la opción por defecto. No es un debate de nuevo cuño, ni mucho menos un tema que no haya sido tratado hasta la saciedad. Pero, no por ello, se ha logrado un consenso sobre cuál es la mejor edad para que los más jóvenes de la casa disfruten de un dispositivo móvil en propiedad.
Hace ya algunos meses nos hacíamos eco de las recomendaciones de los expertos, que situaban entre los 12 y los 14 años la mejor etapa de desarrollo en la que incorporar los smartphones a la vida cotidiana de los (ya) adolescentes. Esta misma edad, los 14 años, fue la señalada por el mismísimo Bill Gates como idónea, en tanto que fue la que impuso a sus propios hijos.
Quizás esta limitación de edad pueda parecer algo estricta (no es para nada extraño ver a niños de menos de 8 años con un teléfono móvil propio), pero ahora tenemos datos para corroborar (o al menos justificar) esta decisión educativa que afrontan todos los hogares con niños en el mundo desarrollado. En ese sentido, un estudio destaca que el 20% de los españoles cree que los 14 años es la edad recomendada para tener el primer móvil. Otro 18,7% asegura que la edad media recomendada se sitúa en los 16 años, mientras que el 13,6% opina que la mejor opción son 15 años.
El informe, encargado por la compañía HolaMOBI, revela no obstante que el 30 por ciento de los encuestados muestra dudas sobre cuál sería la edad más recomendable. Eso sí, todo esto contradice la realidad: el último informe de la consultora Ditrendia destaca el aumento del uso del móvil entre los jóvenes españoles; de hecho, un 98% de los jóvenes de 10 a 14 años ya dispone de un teléfono de última generación con conexión a Internet.
Entre los motivos principales a los que aluden los encuestados destaca el contacto directo con padres o familiares con el fin de que estén localizables fuera del entorno doméstico o durante los momentos en los que carecen de supervisión por parte de un adulto. Asimismo, el 10,2 por ciento de los encuestados afirma que es necesario una supervisión del uso del terminal y considera necesario que los padres controlen su actividad en Internet o accedan a sus perfiles en las redes sociales para evitar situaciones de peligro como el ciberacoso. La mayoría de los encuestados también destaca la importante función social de la telefonía móvil entre los adolescentes.
Diferenciar entre un móvil y un smartphone que permita la navegación por Internet es otro de los factores tenidos en cuenta por los encuestados a la hora de determinada la edad media de inicio en la telefonía móvil. Más del 4,5 por ciento de los encuestados considera sólo deben disponer de terminales móviles con posibilidad de hacer llamadas pero sin acceso a internet.
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